¡Hanukkah sameach! Para celebrar la temporada, estamos destacando a la voluntaria de CASA María, quien habla de cómo su fe y valores judíos la llevaron a convertirse en una CASA.
Dice María,
"Lo que me hizo decidir convertirme en CASA fue oír hablar de ella a un amigo. En el momento en que oí hablar de la misión de CASA y de lo que podía hacer como CASA, supe que quería unirme. La parte más gratificante de ser un CASA es sin duda llegar a ver la diferencia que hice con la familia que trabajé. Ver a una familia ser capaz de volver a reunirse fue tan especial.
Un momento especial de mi caso fue cuando pude pasar tiempo con los niños y ver la diferencia que estaba haciendo. El hecho de que los niños se emocionaran al verme me demostró lo importante que era para ellos. Mi forma favorita de conectar con mis niños de CASA es leerles y jugar con ellos. Ver a los niños iluminarse cuando les leo es algo que no olvidaré.
Creo que tener un voluntario de CASA en una época tan caótica es importante para los jóvenes de acogida por muchas razones. Una de las razones es porque los jóvenes de acogida pasan por muchas cosas y ven a muchas personas diferentes, y tener una persona constante puede ayudar con la salud emocional y mental.
Mi fe judía siempre ha sido la columna vertebral de por qué hago todo lo que hago. Ayudar a los demás es algo que siempre ha sido importante para mí, y es importante en el judaísmo. Convertirme en CASA era algo que sabía que tenía que hacer por el impacto que podía tener a través de ello. Yo animaría a todo el mundo, incluyendo a los de la comunidad judía, a involucrarse con CASA ya sea como voluntarios o donando cualquier cosa que puedan durante estas fiestas. Donar juguetes, ropa, libros, etc. puede ayudar a un niño más de lo que se piensa.