Escrito por la Directora de Relaciones con los Donantes, Victoria Bittmenn
Una amiga mía es enfermera en un hospital local de Fort Worth. Mientras le hacía sus preguntas de rutina, su paciente enumeró los medicamentos que le habían recetado. Entonces ella confirmó y preguntó si había alguna medicación adicional que se le ocurriera, a lo que él respondió con seguridad que "no". En ese momento, un colega suyo le pidió su opinión sobre un medicamento destinado a ayudar a sus pacientes en su lucha contra la depresión: algo sobre el número de pastillas y la posibilidad de que reaccionara negativamente con el analgésico que iban a recetar. Una vez que ayudó a su colega, volvió con su paciente y empezó a salir para buscar al médico, pero entonces el paciente dijo "¡Espera, estoy tomando la misma medicación que el otro paciente!". La enfermera le miró con curiosidad y le preguntó por qué no lo había revelado en un principio, a lo que él respondió: "No pensé que contara".
Hay constantes conversaciones en torno a la hipertensión, la diabetes, los infartos y otras enfermedades. De hecho, hay más de mil millones de personas1 que tienen la tensión alta. Pero, ¿sabía usted que hay casi mil millones de personas que también viven con enfermedades mentales? ¿Por qué no se habla más de estas personas?
Todos sabemos que, durante la pandemia de COVID-19, fue difícil quedarse en casa, cuidar de los niños, trabajar desde casa, cuidar de nosotros mismos y equilibrarlo todo. Durante el apogeo de la pandemia nos dimos cuenta de lo crucial que es la salud mental. Los niños que se encontraban en régimen de acogida tenían grandes dificultades. Hasta el 80% de los niños en régimen de acogida se enfrentan a importantes problemas de salud mental 2 en comparación con el 18-22% de la población general. Como defensores de estos niños, es fundamental desestigmatizar la salud mental. Tenemos que mantener conversaciones abiertas y más frecuentes. Tenemos que hacer saber a los niños a los que atendemos que lo que sienten es importante y que su salud mental importa.
Todavía existe un estigma en nuestra sociedad que piensa que hablar de la salud mental y de las enfermedades mentales es un tabú, que hay que incluir en los tres grandes "no" de las conversaciones agradables: el dinero, la política y la religión. Sin embargo, todos podemos estar de acuerdo en que la "salud mental y las enfermedades mentales" se presentan en todas las formas y tamaños: desde experiencias traumáticas, fatiga de batalla, trastorno bipolar y todo tipo de causas médicas y no médicas. El primer paso para cortar de raíz ese estigma es mantener conversaciones con amigos, familiares, colegas y seres queridos. Si escuchamos y nos tomamos el tiempo de aprender sobre la salud mental y las enfermedades mentales, empezaremos a sentirnos más cómodos hablando de ello. Animémonos unos a otros a crear un espacio seguro y un lugar para las conversaciones.
La gente no suele recibir la ayuda que necesita porque a menudo no sabe por dónde empezar. Hable con su médico de cabecera o su proveedor de atención médica sobre los problemas de salud mental. O aproveche la herramienta de detección gratuita de Mental Health America.
Si tú o alguien que conoces se encuentra en una situación de emergencia, llama a la Línea Nacional de Prevención del Suicidio al 800-273-TALK (8255) o llama al 911 inmediatamente.
1 - https://www.who.int/health-topics/hypertension#tab=tab_1
2 - https://www.ncsl.org/research/human-services/mental-health-and-foster-care.aspx