De la voluntaria de CASA Heard Floore:

Permítanme compartir una historia con ustedes - una historia que ha dado forma al propósito de mi vida y me llevó a llegar a ustedes hoy.

Hace diez años, acogí en mi casa a dos hermanos adolescentes para darles el amor y los cuidados que necesitaban desesperadamente. No sabía que convertirme en madre de acogida, y luego en madre adoptiva, marcaría el comienzo de un profundo viaje.

A medida que me involucraba más en sus vidas, me enteré de los retos a los que se enfrentaban en el sistema de acogida. Ser testigo de sus luchas encendió en mí el deseo de marcar la diferencia no sólo en sus vidas, sino también en las de otros niños que se enfrentan a dificultades similares. Esta experiencia me llevó a ser voluntaria de la organización Court Appointed Special Advocate (CASA), donde he sido testigo de primera mano del poder transformador de la defensa y la atención compasiva.

Ahora, en medio de mi primer caso, he visto a mis hijos CASA prosperar en un ambiente seguro y cariñoso. A menudo me siento inspirada por su tío, un adulto soltero sin hijos propios, que ha aceptado incondicionalmente la responsabilidad de estos preciosos niños.

Una niña de cinco años se está convirtiendo en una niña feliz y juguetona en su nuevo entorno. Ella y su hermano pequeño rara vez habían experimentado el cuidado constante e incondicional de un adulto en sus vidas hasta ahora. Ser una presencia fiable y cariñosa en sus vidas me ha permitido construir una relación significativa, de confianza y continua con ellos. 

Después de una de mis últimas visitas, esta niña corrió hacia mí y me dio un abrazo enorme, diciendo: "Te quiero y ojalá vivieras aquí con nosotros todo el tiempo". Son estos momentos tan sinceros los que reafirman el impacto que podemos tener en la vida de un niño. Con su ayuda, podemos romper los ciclos del abuso y el trauma, y co-crear vidas más sanas y felices para los niños en crisis.

Les invito a unirse a mí para influir en la vida de estos niños vulnerables.

No puedo hacer lo que hago sin ti. Gracias a ti, llegaremos a más niños necesitados, proporcionándoles la esperanza y el amor que merecen. Juntos, podemos ser la luz que guía la vida de un niño, ofreciéndole un regalo que durará mucho más que nuestra presencia en esta tierra. ¿Y no estamos aquí para eso?