No tenía ni idea de lo que quería ser cuando fuera mayor. Mi madre era maestra, mi padre encontraba momentos de enseñanza en casi todo lo que hacíamos, mi tía favorita es una maestra retirada, y un amigo cercano y mentor es un maestro retirado. Mirando hacia atrás, siempre me incliné por los trabajos con niños. Digo todo esto para decir que no debería haber sido una sorpresa para nadie cuando declaré la educación primaria como mi especialidad en la universidad. No mucho después de la universidad obtuve mi maestría en Administración Educativa. En poco más de 30 años, soy un educador jubilado y estoy muy orgulloso de continuar mi trabajo con niños como CASA.
La defensa de la educación de los niños en el cuidado es de suma importancia. Las vidas de nuestros niños nunca han sido estables, una vez que están en el cuidado, corren el riesgo de ser arrastrados de un lugar a otro. La transición de los estudiantes crea vacíos en el aprendizaje y los educadores trabajan incansablemente para cerrar esos vacíos. Así que como defensor es imperativo que mantenga una presencia en la escuela de mi hijo para asegurarme de que las brechas se están cerrando y para ayudar a proporcionar continuidad. Los educadores aprecian la información que les ayudará a hacer sus interacciones con nuestros hijos más positivas y productivas. Elegí enviar un correo electrónico a mis maestros y administradores mensualmente para poder reforzar o recompensar a mi hijo durante nuestra visita mensual. En cada correo electrónico se incluía la garantía de que haría todo lo posible para apoyar a la escuela y a mi hijo. La escuela, la casa de acogida y yo éramos un frente unido y trabajábamos duro para ver a nuestro hijo triunfar, como resultado, lo celebramos muchas veces este año.
"La educación engendra confianza. La confianza engendra esperanza. La esperanza engendra paz".
Confucio lo resumió perfectamente. No podemos cambiar el pasado de nuestros hijos, pero a través de la defensa de la educación podemos poner la vida de nuestros hijos en la trayectoria correcta para lograr cierta medida de paz. Este será mi mantra de cara al futuro.